No resulta extraña la exclusión a que ha sido sometida Los Elegidos (1953) del llamado canon novelítico colombiano. La representatividad de esta obra como parte de la literatura de exilio le da una actualidad emergente que hace parte de la revisión a fondo de la historia de la Violencia en Colombia y las vías y consecuencias inexploradas por la sosa historiografía convencional El protagonista B.K. encarna la condición del desarraigo y del desplazamiento, de la soledad angustiosa y obligada a que está sometida la población estigmatizada como enemiga del poder totalitario.
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