Tras el descubrimiento de las ruinas de la mítica ciudad de Inmanar se encontró, en pesadas arcas de piedra, una cantidad limitada de pergaminos con datos, mapas, relatos, poemas, cartas y relaciones incompletas (muchas ilegibles) sobre la historia, los personajes, las leyendas y el exterminio de Inmanar. Los textos están, en su mayoría, incompletos. Algunos, por razones lógicas vinculadas con el paso del tiempo (la mayoría de los pergaminos fueron afrentados por la humedad y la acción corrosiva del aire, la arena y las bacterias), y otros, por decretos oficiales (como es el caso de El soliloquio de Umanzer). La estructura de Los escritos de Inmanar pretende cierta coherencia, pero es más que lógico entender que el resultado sea tan arbitrario como cualquier otro. Podría resumirse que Los escritos de Inmanar no es otra cosa que la intención (siempre fallida) de recomponer, con tantas astillas dispersas, el espejo roto de la memoria.