En este libro, el periodista y escritor José Orlando Ascencio cuenta que alguna vez le preguntaron al médico Grabiel Ochoa Uribe sobre cuál posición prefería en el fútbol, entre la de portero o la de entrenador. Respondió que ninguna de las dos, pues en ambas siempre se termina mal. Particularmente, en relación con el técnico explicó: “lo contratan por bueno y lo sacan por malo”. Por demás, en el pensamiento popular campea la idea de que cuando los equipos ganan, lo hacen los jugadores, cuando pierden, es culpa del técnico. No obstante, siempre hay algún valiente que está dispuesto a asumir todas las responsabilidad y funciones, implícitas y explícitas, que acarrean esa profesión. Es innegable que por el fútbol colombiano han pasado grandes figuras de la dirección técnica, cuya influencia y labor han marcado el rumbo de nuestro balompié profesional. Caza talentos, formadores, psicólogos, maestros... ellos han sido la fuente de su identidad, de sus logros, sus derrotas y de sus principales estrellas. En el prólogo de este libro, Luis Fernando Suárez da cuenta de lo que significa recibir y formarse en ese legado, para convertirse luego en un constructor del presente y del futuro del fútbol profesional colombiano.