La actividad turística se encuentra inmersa en unos procesos de competencia global entre los que destacan factores como las nuevas tecnologías, las compañías de bajo coste y las plataformas on-line para operar los viajes, todo ello en el marco de las nuevas tendencias y hábitos de la demanda. Estos cambios condicionan el desarrollo de esta sociedad postmoderna con una demanda turística con comportamientos más individualizados y polivalentes, por lo tanto menos gregarios a la vez que su experiencia turística la han convertido en más exigente con los aspectos generales del destino y productos. En estos pasan a tener un protagonismo especial los aspectos naturales-paisajísticos, culturales y de ocio. Así, pues las nuevas tendencias turísticas requieren de la reformulación de estrategias integrales en la ordenación, planificación y gestión turística para que la actividad turística, en los diferentes espacios, actúe como medio ae desarrollo y no sólo como una finalidad en si misma, superando su tradicional visión sectorial.