Erica odia su nombre porque sus compañeros se burlan de él. También desprecia el barrio donde vive, un barrio marginal y, como ella misma afirma, poco «elegante». Es una hipocondríaca de cuidado pero, si hay algo en este mundo que de verdad la pone enferma, este algo es Alison Ashley, su casi perfecta compañera de clase. Alison encarna, ante los ojos de Erica, una especie de modelo de perfección: es serena y equilibrada, limpia, inteligente, tiene una casa donde reinan el orden y el buen gusto... Y Erica no la puede soportar.