Juan Manuel de Prada une el talento para la narrativa con su conocimiento del panorama intelectual, artístico y literario de la España de la primera mitad del siglo XX. Esa generación sufrió el hachazo de la Guerra Civil, que obligó a muchos de ellos al exilio. El autor se centra en la comunidad de artistas españoles que recaló en el París ocupado por los alemanes, donde debieron de utilizar cualquier recurso a su alcance para sobrevivir.