El camino para llegar a ser lector es largo y a menudo está sujeto al caprichoso azar: depende muchas veces de que encontremos un libro, o a un autor o a un maestro que nos guíe… Lo importante es no dejar de buscar formas de proporcionar a las personas ese derecho a una educación ética y estética en virtud de la cual, no sólo serán calificadas de personas cultas y «leídas», con el consiguiente aumento de valor que esto tiene en el mercado social, sino que estarán dotadas de un beneficio aún más poderoso: el de ojos nuevos para ver el mundo y para verse a sí mismas.