«Que el mundo entero sea un pueblo no quiere decir que todos seamos iguales. Quiere decir que todos estamos desarraigados respecto a algo o alguien.» En Ojazos de madera, obra clave del autor e El queso y los gusanos, Carlo Ginzburg indaga, desde diversos puntos de vista, en las potencialidades cognitivas y morales, constructivas y destructivas, del desarraigo y de la distancia. ¿Por qué una larga tradición ha atribuido a la mirada del forastero -del salvaje, del campesino, del animal- la capacidad de desvelar la falacia de la sociedad?
"Nos lleva, con una narrativa encantadora, hacia nuevos conceptos. "