Gregor se despertó contento. Era sábado y no tenía nada que hacer. Se tiró panza arriba y se puso a papar moscas.Después de un rato se acostó panza abajo. Y siguió papando moscas. De repente, escuchó pisadas de perro grande. Era su papá, que lo miró, se preocupó, y le dijo: -íGregor, no es saludable que un cachorrito esté ahí tumbado papando moscas! íHay que moverse! íVamos, vamos, vamos!'