Nunca han sido tímidos los perros para expresar sus emociones. Cuando están contentos, mueven la cola. Cuando están nerviosos, mueven la cola. Y cuando están sufriendo de tedio, mueven la cola un lento y triste balanceo compuesto para piano solitario mientras su alma sigue tan vacía como el plato que devoraron antes de rasgar una bolsa de basura repleta de incertidumbre y pedazos de pizza. Pero aunque los perros no ocultan sus sentimientos (menos aún bajo un chaleco que les ponemos a la fuerz
"Precioso libro. Lectura recomendadísima para los amantes de los perros."