Los atentados del 11 de septiembre en Nueva York abrieron una era en la que la denominada «guerra de civilizaciones» y la creación de un nuevo enemigo que la justificara, el islam, se convirtieron en el pretexto para las ocupaciones de Irak y Afganistán y para la fiebre securitaria en la que aún cabalgan los Est ados occidentales. En el Estado español, el atentado del 11 de marzo de 2004 en Madrid, que acabar