El propósito de este libro es indagar acerca de los nuevos rituales culturales y las narrativas a través de las cuáles estos se expresan; ellos dan cuenta de cómo habitamos nuestro paisaje urbano y nos arrojan pistas para la comprensión de lo que somos, al tiempo que nos permiten identificar cuáles son los imaginarios asociados a nuestra ciudad, así como los cambios operados frente a las prácticas tradicionales. Si bien reconocemos el peso que aún tiene el café en nuestra región, no podemos obviar el hecho de que nuestro paisaje cultural es mucho más que eso, que nuestra cultura es ante todo híbrida, múltiple, compleja, caótica, si se quiere, comprendida desde el exceso y la saturación. Así, el paisaje neobarroco, circunscrito al centro de Pereira, se define a través de un lenguaje social permeado por el imaginario de ciudad-región y de localidad-globalidad, donde el actor, transeúnte, habitante, ciudadano, expresa la dimensión moral y política desde su práctica cultural en la cotidianidad.