Invocar la seguridad en Palestina es un asunto realmente espinoso. No en vano es el argumento esgrimido por Israel para justificar acciones relativas a la anexión de territorio palestino, la expropiación de tierras, la construcción del Muro, el cierre de los núcleos de población, el abuso de poder, los castigos colectivos o la vulneración de los derechos humanos. Todo ello configura un auténtico régimen de apartheid que desarrolla políticas anexionistas, racistas y segregacionistas y que revela un uso falaz de la seguridad.