Este libro analiza el sistema de innovación agropecuario mexicano y se enfoca en dos rasgos relevantes del mismo: i) los vínculos entre investigadores y productores agropecuarios, y ii) el papel que juegan las organizaciones intermediarias de innovación para articular a los actores. Se analzan las características de la vinculación, los canales más usados, el impacto que tiene sobre los investigadores y la visión que tienen ambos actores actores (academia y productores) sobre la misma. Se exploran también las funciones que cumplen las Fundaciones Produce, como organizaciones intermediarias de innovación. Un hallazgo importante de este libro es que el sistema de innovación agropecuario mexicano está en proceso de maduración, se basa mayormente en nuevas aplicaciones de conocimiento ya existentes. Los vínculos basados en nuevo conocimiento generado por actividades de Investigación y Desarrollo son aún emergentes. Pero los casos de éxito sugieren que hay avances significativos, los cuales es necesario fortalecer mediante políticas públicas adecuadas.