Es sorprendente y paradójica la progresiva reducción de la relevancia sufrida por el dibujo en el ámbito de la enseñanza universitaria en las escuelas de arquitectura a lo largo de las últimas décadas. Digo sorprendente, porque es precisamente el dibujo el lenguaje que permite al arquitecto hacer inteligible su propuesta, t anto a sí mismo como a otros. Y digo paradójica, porque esta restricción lingüística c