El fotógrafo Santiago Harker logra en este libro —con un soberbio prólogo de Juan Esteban Constaín— plasmar algo que es supremamente difícil en su técnica pero que la tierra colombiana tiene a manos llenas: su ritmo. Una cuidadosa selección de imágenes inéditas de los más distintos puntos de nuestra geografía nos muestran un país rico en tonos, en texturas, en colores, en claroscuros… que solo el “ojo mágico” de Harker puede captar. El milagro del agua está presente y “suena” a lo largo de estas casi cien páginas, recordándonos que es la principal riqueza que tenemos y que debemos cuidar.