¿Está sucediendo? Sí, realmente está sucediendo, me decía al leer estos cuentos, y lo que más curiosidad me daba es que no podía hacer nada, salvo seguir leyendo, porque hay un continuo estremecimiento corriendo por las historias de este libro, haciendo que veamos al mundo y a nosotros mismos de una manera nueva y también inesperada. No leemos para evadirnos de la realidad, en realidad leemos para amplificar nuestra mirada, le da nuevos significados a las cosas, nos reta como seres humanos a ver más allá de lo que nuestra propia imaginación puede concebir. Nelson Navarro Díaz fue el invitado que apagó las velas en el cumpleaños del Diablo, y eso se nota en el pulso que necesitó para contar estas historias en donde ocurre de todo, y hasta el silencio cuenta porque como decía Gracián, “las verdades que más nos importan vienen siempre a medio decir”. John Jairo Junieles No es fácil aferrarse a la gallardía cuando la vida se obstina en mostrarnos sus gestos más amargos. Los personajes de Nelson David Navarro lo consiguen, a su manera, sin hacerse demasiados líos, quizá porque comprenden que el estoicismo es más una necesidad que una virtud. Todas mis luciérnagas muertas es el debut literario de un escritor del que de seguro nos llegarán noticias. Andrés Mauricio Muñoz Estos cuentos del muy joven narrador Nelson Navarro Díaz nos dan una puñalada en el estómago, los lanzan al barranco y nos ven caer a las profundidades del abismo, para luego rescatarnos, mirarnos a los ojos y decirnos sin ningún tipo de culpa: somos fieles a nuestra naturaleza. Eduardo Bechara Navratilova