La tentación de publicar en forma de libro textos originalmente concebidos para ser leídos o, mejor, hablados es casi irresistible. Lo que no deja de ser curioso en unos tiempos en que todos nos lamentamos de la desaparición del libro tal como lo conocimos. No pretendo ser una excepción. Todos los textos que siguen fueron e scritos para ser pronunciados y lo fueron efectivamente, en distintos lugares, aunque