Pedro Novoa nos lleva por una historia de personajes pícaros, codiciosos, solitarios pero soñadores. Jano, Dulce y Batman son presas del individualismo que necesita siempre del otro o de la falaz noción de que la calle los ha amaestrado tanto que pueden caminar por la vida con autosuficiencia. Pero no reparan en el trabajo de su lado animal, en esa voz que solo nosotros escuchamos, en ese instinto que gobierna sin piedad todas nuestras decisiones y actos. "Fuiste lo que fuiste y no hay marcha atrás, mitad animal, nada, nothing never, nada de nada. Ahora solo queda otorgarle a este espacio de silencio este islote de paz que largamente merecimos, una auténtica oportunidad Toca escribir nuestra historia a mi modo y no al tuyo, queridísima alimaña pero no te preocupes, no te enmules, no te emperres ni te me embueyes más de lo debido, desbocada bestia, porque lo haré con esa dosis de ingenuidad y hasta fe que siempre tuve durante todo el tiempo que me hiciste vivir a un ritmo de vértigo ajeno, obligándome a callar, a dejarte hablar y cantar cuando bien merecías un bozal permanente".