“Al principio, no quiso replicar. Se miró la mano izquierda por largo rato y, luego, murmuró,” Un chico me la hizo con un cuchillo. Quería llevarme a su casa. Yo, para salvar mi honor, resistí a su deseo y, en cambio, él me dio una puñalada.” Se concedió una breve pausa y suspiró profundamente. Al fin, agregó,”Lo importante es que esté viva.” “Lo creo. ¡Qué bien! Y, ¿lo ves todavía a ese chico?” “Te dije que eres tonto.”