El Gobierno de Piñera, 2010-(2014). La Fronda Aristocrática Rediviva. - Augusto Varas

" Buenisimo "

" Estudio acucioso para entender más allá de las frases hechas y los lugares comunes "

" A casi dos meses del capotaje que terminó con la vida del exmandatario, Sebastián Piñera, en el Lago Ranco. Me permito hacer esta reflexión a partir del libro “El Gobierno de Piñera 2010 – (2014)” de Augusto Varas, que analiza los factores y relata las peripecias que moldearon al primer Gobierno de derecha democráticamente electo desde 1958 en nuestro país. Políticamente hablando Sebastián Piñera es una rareza que, con anhelos de reconocimiento y deseos de aplauso, logró ser electo en dos periodos no consecutivos (2010 y 2018) luego de un fallido primer intento en 2005, llegando por primera vez a La Moneda con un triunfo por defecto producto del agotamiento y desencanto de la ciudadanía por el proyecto concertacionista. El primer Gobierno de Sebastián (2010 – 2014) estuvo marcado por la búsqueda permanente de la aprobación ciudadana y empresarial, aunque muchas veces ambas posiciones se contrapusieran. Así, en el primer periodo se percibió una inclinada defensa hacia los consumidores, lo que le significó una cierta aprobación ciudadana y las críticas de los empresarios. Del mismo modo, con su afán por limpiar su imagen mientras se encontraba en el sillón de O'Higgins, Piñera aceptó que la política exterior era un reflejo o consecuencia de la política interior, por lo que cambió su postura ideológica y se orientó pragmáticamente a buscar un protagonismo positivo en el medio internacional, como su alineamiento ideológico con gobiernos latinoamericanos de orientación similar y la disminución de sus enfrentamientos con el Presidente Chávez, lo que le dio paso a una cierta neutralidad comunicacional, terminando como principal guardia de honor en el funeral del presidente venezolano. En sus dos periodos presidenciales tuvo un débil control de la contingencia, temas tan relevantes como la educación, la salud y la seguridad ciudadana, el caballo de batalla de sus campañas presidenciales, terminó siendo la peor pesadilla de sus gobiernos, dejando una sensación de inestabilidad social que aún perdura. Sin embargo, como buen empresario, Piñera siempre supo aprovechar las oportunidades ante la tragedia, como últimamente lo hizo con la emergencia sanitaria producto del Covid-19 en la pandemia de 2020, y durante el primer gobierno donde gozó de su momento estelar en el marco del rescate producto del derrumbe en la mina San José que sepultó a “Los 33”, donde su exitosa gestión también fue profundamente utilizada para levantar su imagen y la del gobierno a nivel nacional e internacional, llegando a una saturación y abuso mediático. Finalmente, y en sus palabras “con metas ambiciosas pero alcanzables”, bajo la intención de gobernar bajo un presidencialismo plebiscitario acompañado de su Gabinete Retail, las gestiones de Piñera se configuraron sin lograr plenamente sus objetivos, pero dejando elementos concretos que hoy seria impensados prescindir de sus usos, como; la portabilidad numérica, el voto en el extranjero, las licencias médicas electrónicas, la clave única, los plebiscitos comunales y la eliminación del 7% de salud para los jubilados, junto con la implementación del posnatal de seis meses. - Aún es pronto para encasillar a Sebastián Piñera en términos de la mejor o peor gestión en la historia democrática reciente y también para renombrar calles con su nombre, pero sin duda su controversial forma de gobernar le hacen acreedor de un espacio de análisis y punto de partida a considerar, para bien o para mal, para los futuros gobernantes de Chile. "