Reseña del libro "Pase del Testigo - Cozarinsky Edgardo (Papel)"
Hay dos testigos en este libro de Edgardo Corzarinsky, cruzado como toda su obra por una mirada oblicua, por una iluminación tangencial: uno es el escritor que, al pasar, observa y registra; otro, el objeto que se transmiten los corredores en esas pruebas donde cada uno cumple solo parte del trayecto y debe entrar al sucesor un testimonio del tramo cumplido. Tanto cuando se trata de motivos "mayores" - los restos del comunismo ("Estatuas y momias"), migraciones del idioma castellano ("Lejos de Sevilla")- como cuando estos son perseverantes "menores" -("Torero ante el espejo", "Mit-teleuropa-am-Plata")- Corzarinsky desconfiá de las mayúsculas y solo se deja seducir por lo particular, lo encubierto, lo descartado: si en 1999 se festejaron con mucho ruido los centenarios de Borges y Navokov, entre las otras dos glorias menores, el prefiere evocar el centenario del periódico "unipersonal" de Karte Kraus ("Otro pudor de la historia"). Esa mirada a contracorriente, intolerante con todo dogmatismo, ya sea el de las modas intelectuales francesas ("Sarduy, prisionero de Saint- German-des-Prés") o el del culto del Che ("meditaciones en torno a un póster"), también es capaz de humor y agudeza extraordinarios al evocar personajes y conductas: Copi, Bneatriz Guido, la decaída fauna cosmopolita de Tanger o, en el retrato mas insólito del volumen, una pareja de porteras de Paris, lesbianas argentinas involuntariamente asociadas a un homenaje a Lacan. El ultimo, breve texto de esta colección, devela pudorosamente la clave afectiva de una vida: la de un autor cuyo talento y originalidad se consagran a una transmisión rebelde, ingobernable entre generaciones y culturas, reivindicada como lo propio de la amistad de toda literatura.
