Evocador, iluminado, vaporoso, por momentos sombrío, en otros cargado con la melancolía de la vida que transcurre con sus pérdidas, este poemario que en realidad es un gran poema bordeado por el mar, plagado de marineros, de amores y momentos lanzados a la orilla del propio océano, nos recuerda nuestra esencia transitoria, aquello que la llama enciende para volverse a apagar.