Reseña del libro "cronicas de investigaciones de siniestros"
Para escribir un libro, se supone que el escritor debe estar seguro. En ciencias evolutivas es imposible estar sin dudas; quien afirme estar seguro donde todo cambia, es alguien que está agotado; no el tema, que seguirá en estudio y sucediendo"; así lo entendió Ramón y Cajal al decir: "No hay cuestiones agotadas, sino hombres agotados en las cuestiones".
En este sentido, en Argentina, el delito de fraude relacionado con el seguro del automotor, ha tomado una dimensión no usual, una extensión desacostumbrada.
Las compañías de seguros son atacadas minuto a minuto, sufren pérdidas millonarias, están siendo doblegadas por el acto fraudulento que se hizo común, se enquistó de una forma tal que obligadamente las empresas boy conviven con él y soportan su realidad.
Quienes incursionan en este servicio relacionado con el fraude de seguros, saben que organizar una política antifraude no es tarea fácil; no se trata sólo de montar una oficina con analistas de siniestros que ven el fraude como un fantasma que los acosa, o investigadores dedicados a verificar cómo ocurrió el siniestro, sino que es un esfuerzo que requiere un nivel científico.
Esta función de nivel científico, no debe reunir únicamente los mejores conocimientos y especialistas en el rubro, sino también una muy sólida política moral, ética que no estalle ante las relaciones de corrupción e impunidad muchas veces encubiertas por dentro o por fuera de las compañías aseguradoras.